martes, 19 de marzo de 2013



       Ancianos polimedicados: STOPP pero también START





Si queremos reparar una caja de madera probablemente tendremos que utilizar un sacaclavos para desarmarla y un martillo para volverla a armar. Hay martillos que incorporan el sacaclavos por lo que se convierten en una herramienta de doble uso que facilita en objetivo final que no es otro que reparar la caja.

Se me ocurre esto después de leer un artículo del Boletín Terapeutico Andaluz editado por el Centro Andaluz de Documentación e Información de Medicamentos (CADIME) titulado Detección de medicación inapropiada en personas mayores: criterios Stopp.

El CADIME tiene como actividades principales la recuperación, difusión y elaboración de información sobre medicamentos y terapéutica de manera "objetiva, científica, independiente y sin ánimo de lucro".
Los criterios STOPP/START tuvieron su origen en Irlanda en 2008 y se han publicado, traducidos al español, en la Revista Española de Geriatría y Gerontología en el año 2009. Se trata de 65 criterios que permiten la detección de medicación inapropiada en ancianos y 22 que detectan la prescripción que puede ser necesaria según la patología del paciente y sin embargo no figura en su hoja de tratamiento. Detectan por lo tanto no sólo la prescripción inadecuada sino también la prescripción omitida.

La utilización de los criterios STOPP/START permiten la identificación de eventos adversos asociados al consumo de fármacos en mayores que contribuyen o causan hospitalización, pero también son capaces de detectar cuando se produce una infrautilización de los mismos cuando un paciente tiene una patología para la que el fármaco tiene buenas evidencias y no existe contraindicación, pero no se instaura el tratamiento indicado. 

El artículo del CADIME se me antoja falto de rigor en tanto solo promociona  una parte de la herramienta que es precisamente la que propicia la retirada de medicamentos del tratamiento cuando lo que se pretende es la adecuación del mismo a las características del paciente.

A veces, cuando lo que priman son criterios meramente económicos, se cometen estos "lapsus".























viernes, 8 de marzo de 2013


          Atención Primaria: Volver a la casilla de salida

Me comentan mis compañeros de un Centro de Salud próximo al que yo trabajo en Sevilla que desde este pasado lunes su Directora les ha modificado sus agendas. A partir de ahora su horario se reparte entre una parte de consulta de seis horas como mínimo (mas de 60 huecos diários a 5 o 6 minutos cada uno que pueden incrementarse si hay mas pacientes en el día o "urgencias") y el resto del tiempo, si queda, para atención domiciliaria. No hay tiempo para mas. Por las tardes, con un horario de cierre del centro a las 20.00 (obligatorio) los pacientes están citados hasta las 19.55, además hay que atender las urgencias que surjan hasta esa hora. Si falta un profesional, el resto asume su actividad integra. También me llegan noticias de otros centros en los que se están adoptando medidas similares sin contar con los profesionales.

Repite la Sra. Consejera de Salud de Andalucía cuando se le pregunta por los recortes que estos "no están afectando a la calidad de los servicios a la población", pero la realidad es tozuda y se acaba imponiendo.

En Atención Primaria los recortes empezaron antes de la crisis, dentro de una peculiar forma de entender la política sanitaria o, como dice en su Blog el Dr. Casado, "sin una visión política a largo plazo, conduciendo la nave a base de bandazos y de intereses cortoplacistas"Una forma de actuación basada en que, mientras se hace propaganda de logros sanitarios basados en la utilización de alta tecnología y básicamente hospitalarios, se mina poco a poco la base del sistema, se desinvierte en lo mas cercano al ciudadano y se descuida la parte donde los profesionales han trabajado mas por la eficiencia. 

Poco a poco se orientan los centros de salud al trabajo a destajo, se mina su autonomía centralizando cada vez mas las decisiones de gestión, se establecen objetivos basados en una falsa forma de entender qué es demora, se asfixia presupuestariamente a los centros en materia de personal disminuyendo su capacidad, se van tomando decisiones nunca expresadas en normas que desorientan y desaniman a los profesionales y se da a entender que el mal proceder de algunos es la norma, estableciéndose un perverso sistema que termina castigando a los buenos y dejando impunes a los malos.

El enfoque que se le va dando a los centros de salud es el de atender básicamente la demanda "tal como  es expresada y en el momento en que es expresada", sin análisis, sin estudios pormenorizados de las causas de la frecuentación y manejando indicadores poco útiles, simples y alejados de la realidad. Por otro lado, van dejando de tener importancia otros aspectos esenciales de la atención si queremos seguir llamándola Atención Primaria.

Actividades que en un Hospital no se discutirían porque su no existencia sería sinónimo de mala calidad como la formación en forma de sesiones clínicas o bibliógraficas, el tiempo para la tutorización de Residentes o la investigación, cada vez se hacen menos posibles ante las constantes presiones sobre las agendas para atender la demanda cada vez con menos recursos y menos tiempo para el paciente. Cada día hay mas coincidencias con los antiguos Ambulatorios de hace treinta años.

Actividades incluidas en la cartera de servicio de los centros en otro tiempo consideradas importantes como la salud comunitaria, las actividades grupales de promoción de la salud y otras que aumentan la capacidad de resolución de los centros como la cirugía menor o las lecturas de retinografías a diabéticos, tienen cada vez menos cabida, menos disponibilidad de tiempo y van siendo abandonadas por unos profesionales cada vez mas "quemados" sin que nadie haga algo por evitarlo. 

Con estas directrices no escritas, no es de extrañar que vayan apareciendo gestores que se "crean" que esta forma de actuar es el futuro y "compitan" a ver quien es el que mas profundiza en ella. Actúan cada vez con mas ferocidad, sin directrices claras, dando órdenes (no gestionando), blandiendo el látigo cuando profesionales tradicionalmente comprometidos con su trabajo protestan por escrito denunciando la situación. Así, alentados por sus superiores, van contribuyendo día a día a que se instale esa sensación de desánimo entre los profesionales que va a ser la tumba del sistema en su totalidad porque será muy difícil de recuperar.

Una de dos, o hemos de creer a la Sra. Consejera y hay que hacer rectificar o cesar a esos gestores incumplidores que desmienten día a día sus afirmaciones, o esa es la verdadera estrategia que emana desde la Consejería, en cuyo caso su credibilidad, ya por los suelos por los incumplimientos de los acuerdos firmados, no podrá ser levantada nunca.

Mas pronto que tarde, si no se rectifica a tiempo y con los vientos del norte arreciando, la Atención Primaria en Andalucía terminará como en el juego de la Oca: cayendo en el pozo y volviendo a la casilla de salida.