Mi compañero y amigo José Manuel Aranda Regúles, de Málaga, me envía este articulo que ha publicado en el Diario El Sur.
RAZONES PARA LA OBJECION DE CONCIENCIA DE UN MEDICO DE FAMILA
Tras la aprobación del Real
Decreto Ley 16/2012 del Gobierno del PP presidido por el Sr. Rajoy, en España
hemos pasado de un sistema sanitario publico universal que reconoce el derecho
a la salud de todos los residentes a un sistema de aseguramiento basado en las
cotizaciones. La consecuencia inmediata de este profundo cambio va a ser la
exclusión de colectivos de las prestaciones de la sanidad pública. En su
formulación original lo mas llamativo es que quedaban fuera los mayores de 26
años en busca de su primer empleo (estimaciones
según la EPA del 1º Trimestre del 2012 de 249.152 personas) y los
emigrantes sin tarjeta de residencia (estimación de 336. 257 personas). La
contestación social, incluidos los votantes del PP, hizo que el primer grupo
fuese incluido en el reglamento del Decreto, no así el segundo que se enfrenta
a partir de septiembre a la falta de atención a su salud. Numerosos colectivos
sociales y profesionales se han opuesto a una medida que probablemente va a
sobrecargar los servicios de urgencias y
conlleve graves problemas de salud publica por no tratar pacientes con
enfermedades graves (VIH, tuberculosis, cáncer). La respuesta del Gobierno ha
sido ofertar los servicios públicos a cambio de un dinero que no pueden pagar. Es decir ninguna solución
realista. Cualquier persona conocedora del sistema sanitario español sabe que esta
población (joven y sin enfermedades crónicas) genera muy poco gasto sanitario.
¿Cuál es la razón, pues, de esta medida que no tiene justificación en el ahorro?
A mi parecer, el Gobierno
del PP está ensayando la tolerancia que tenemos los españoles a la exclusión
social. Y ha empezado por el grupo mas vulnerable: los sin papeles, los sin
familia, los sin trabajo, los de la economía sumergida, los extranjeros. En
Estados Unidos 40 millones de personas están en esta situación… y no pasa nada.
Parece que el modelo social que el Sr. Rajoy propugna es el de una sociedad
opulenta con el “inevitable” coste de marginados sociales a los que los que
algunos ciudadanos tachan de “vagos, inadaptados o locos”. Una sociedad
insolidaria, escindida, racista, basada en el miedo de los que tienen para ir
tirando. Rajoy nos da a entender que ellos tienen la culpa, ¡que no hubieran
venido! Que un sistema solidario es insostenible: los emigrantes ilegales son
la causa de las dificultades que venimos teniendo los españoles con la crisis.
Cuando andamos escasos primero hay que mirar por los de dentro, y ellos son los
de fuera: los extranjeros. Bajos sentimientos son los que estimula el Partido
Popular.
Soy médico de un Centro de
Salud, sólo trabajo en la pública, y llevo más de 20 años atendiendo a mi cupo
en una barriada popular de Málaga. Kmandi viene hoy a consulta por dolor de
cabeza, nada serio. Hace tiempo que no le veo, me cuenta que está buscando
trabajo por donde lo haya, se parece a otros muchos de mi cupo en casi todo,
quizás sólo le diferencia el color de la piel y ese acento cuando habla
castellano que posiblemente no cambiará nunca, nos llevamos bien desde hace 5
años. Tengo más pacientes como él. No me sentiría capaz de decirles que a
partir de septiembre ya no voy a ser su médico porque no tienen de 710 a 1.500
euros al año para pagar. Nunca pensé verme en esta situación. Afortunadamente
la Consejería de Salud de Andalucía ha decidido seguir manteniendo la
asistencia a este colectivo. Tampoco pensé que iba a tener que agradecer a José
Luís Gutiérrez Pérez, Director Gerente del Servicio Andaluz de Salud, que me
ahorrase la vergüenza de negarme a atender a personas necesitadas porque no
tienen dinero para pagarlo. Otros Gobiernos Autónomos han hecho lo mismo:
Cataluña, el País Vasco y Asturias. Los asturianos quizás recuerden que siempre
fueron emigrantes. También me siento orgulloso de pertenecer a la Sociedad
Española de Medicina Familiar y Comunitaria que está organizando la objeción de
conciencia (la insumisión) de los médicos de familia que trabajan en sitios
donde esta norma racista va a entrar en vigor (objecion.semfyc.es/)
y al colectivo médico de este país representado por la Organización
Medica Colegial que nos apoya.
Mientras,
hoy se da a conocer que las aseguradoras sanitarias privadas en Cataluña han
crecido un 6% en el 2011, el año que se iniciaron los recortes en su sistema
sanitario público: hay oportunidad de negocio, alguien se hace rico con la
política de exclusión y de deterioro de la sanidad.
Pero aquí
no acaba la cosa, porque la falta de asistencia de los emigrantes sin papeles
es sólo un trocito del grave problema que vive la sociedad española. Mas de 10.000.000 residentes en España (casi un
cuarto de nuestra población) está bajo el umbral de la pobreza, con la amenaza de
no tener dinero para pagar incluso necesidades más básicas que la asistencia sanitaria
y dependiendo de la caridad.
Hoy ha
muerto Sancho Gracia, es decir Curro Jiménez, el héroe que estaba fuera de la
ley porque era injusta. Hoy Diego Valderas, Vicepresidente de la Junta de
Andalucía, ha dicho que debajo de la situación política que vivimos está el conflicto de ricos contra
pobres. Todavía colea el robo a supermercados encabezado por Sánchez Gordillo y
su sindicato, que desapruebo política y personalmente, pero que todos parecen comprender
(¿qué haría usted si sus hijos no tuvieran que comer?).
Me da miedo
levantarme por las mañanas y escuchar las noticias en la radio que hablan de
violencia, de criminalización de actitudes políticas de contestación a las
medidas del PP y su gobierno, de la desaparición de la ley como consenso social.
Me da miedo ir al barrio donde trabajo y enterarme de que a pacientes míos les
han asaltado en sus casas, que la crisis de angustia que me consultan es porque
lleva trabajando desde marzo sin que le paguen, que el intento de suicidio de
esa madre fue por gastarse la beca escolar de su hijo en comprar comida. Y el
miedo es, porque si no hago algo para que las cosas cambien y acepto
pasivamente la política de exclusión que el Gobierno practica y el mundo al que
nos lleva, un día yo, que tengo para comer y casa donde vivir, tendré que
escoger bando (los ricos o los pobres) y la lucha será a muerte, como lo fue en
1936.
Pero creo,
confío en otra España posible. La España solidaria y sin brechas que no tolera
que la gente muera de necesidad mientras haya opulentos y aprovechados a
quienes les sobra de todo. Una sociedad hecha para que los bancos españoles y
europeos cobren sus deudas con interés.
Esas son
las razones profundas para mi objeción de conciencia, voy a seguir atendiendo a
mis pacientes (sin distinciones por razones de color o papeles) que lo
necesiten en cualquier caso y situación y animo a todos a objetar las políticas
de exclusión que solo nos llevan al desastre y a la violencia social
José Manuel
Aranda Regules. Medico de Familia Centro de salud San Andrés Torcal Área de
Salud de Izquierda Unida
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