jueves, 16 de agosto de 2012


     

Mi compañero y amigo José Manuel Aranda Regúles, de Málaga, me envía este articulo que ha publicado en el Diario El Sur.



      RAZONES PARA LA OBJECION DE CONCIENCIA DE UN MEDICO DE FAMILA



Tras la aprobación del Real Decreto Ley 16/2012 del Gobierno del PP presidido por el Sr. Rajoy, en España hemos pasado de un sistema sanitario publico universal que reconoce el derecho a la salud de todos los residentes a un sistema de aseguramiento basado en las cotizaciones. La consecuencia inmediata de este profundo cambio va a ser la exclusión de colectivos de las prestaciones de la sanidad pública. En su formulación original lo mas llamativo es que quedaban fuera los mayores de 26 años en busca de su primer empleo (estimaciones  según la EPA del 1º Trimestre del 2012 de 249.152 personas) y los emigrantes sin tarjeta de residencia (estimación de 336. 257 personas). La contestación social, incluidos los votantes del PP, hizo que el primer grupo fuese incluido en el reglamento del Decreto, no así el segundo que se enfrenta a partir de septiembre a la falta de atención a su salud. Numerosos colectivos sociales y profesionales se han opuesto a una medida que probablemente va a sobrecargar  los servicios de urgencias y conlleve graves problemas de salud publica por no tratar pacientes con enfermedades graves (VIH, tuberculosis, cáncer). La respuesta del Gobierno ha sido ofertar los servicios públicos a cambio de un  dinero que no pueden pagar. Es decir ninguna solución realista. Cualquier persona conocedora  del sistema sanitario español sabe que esta población (joven y sin enfermedades crónicas) genera muy poco gasto sanitario. ¿Cuál es la razón, pues, de esta medida que no tiene justificación en el ahorro?

A mi parecer, el Gobierno del PP está ensayando la tolerancia que tenemos los españoles a la exclusión social. Y ha empezado por el grupo mas vulnerable: los sin papeles, los sin familia, los sin trabajo, los de la economía sumergida, los extranjeros. En Estados Unidos 40 millones de personas están en esta situación… y no pasa nada. Parece que el modelo social que el Sr. Rajoy propugna es el de una sociedad opulenta con el “inevitable” coste de marginados sociales a los que los que algunos ciudadanos tachan de “vagos, inadaptados o locos”. Una sociedad insolidaria, escindida, racista, basada en el miedo de los que tienen para ir tirando. Rajoy nos da a entender que ellos tienen la culpa, ¡que no hubieran venido! Que un sistema solidario es insostenible: los emigrantes ilegales son la causa de las dificultades que venimos teniendo los españoles con la crisis. Cuando andamos escasos primero hay que mirar por los de dentro, y ellos son los de fuera: los extranjeros. Bajos sentimientos son los que estimula el Partido Popular.

Soy médico de un Centro de Salud, sólo trabajo en la pública, y llevo más de 20 años atendiendo a mi cupo en una barriada popular de Málaga. Kmandi viene hoy a consulta por dolor de cabeza, nada serio. Hace tiempo que no le veo, me cuenta que está buscando trabajo por donde lo haya, se parece a otros muchos de mi cupo en casi todo, quizás sólo le diferencia el color de la piel y ese acento cuando habla castellano que posiblemente no cambiará nunca, nos llevamos bien desde hace 5 años. Tengo más pacientes como él. No me sentiría capaz de decirles que a partir de septiembre ya no voy a ser su médico porque no tienen de 710 a 1.500 euros al año para pagar. Nunca pensé verme en esta situación. Afortunadamente la Consejería de Salud de Andalucía ha decidido seguir manteniendo la asistencia a este colectivo. Tampoco pensé que iba a tener que agradecer a José Luís Gutiérrez Pérez, Director Gerente del Servicio Andaluz de Salud, que me ahorrase la vergüenza de negarme a atender a personas necesitadas porque no tienen dinero para pagarlo. Otros Gobiernos Autónomos han hecho lo mismo: Cataluña, el País Vasco y Asturias. Los asturianos quizás recuerden que siempre fueron emigrantes. También me siento orgulloso de pertenecer a la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria que está organizando la objeción de conciencia (la insumisión) de los médicos de familia que trabajan en sitios donde esta norma racista va a entrar en vigor (objecion.semfyc.es/) y al colectivo médico de este país representado por la Organización Medica Colegial que nos apoya.

Mientras, hoy se da a conocer que las aseguradoras sanitarias privadas en Cataluña han crecido un 6% en el 2011, el año que se iniciaron los recortes en su sistema sanitario público: hay oportunidad de negocio, alguien se hace rico con la política de exclusión y de deterioro de la sanidad.

Pero aquí no acaba la cosa, porque la falta de asistencia de los emigrantes sin papeles es sólo un trocito del grave problema que vive la sociedad española. Mas  de 10.000.000 residentes en España (casi un cuarto de nuestra población) está bajo el umbral de la pobreza, con la amenaza de no tener dinero para pagar incluso necesidades más básicas que la asistencia sanitaria y dependiendo de la caridad.

Hoy ha muerto Sancho Gracia, es decir Curro Jiménez, el héroe que estaba fuera de la ley porque era injusta. Hoy Diego Valderas, Vicepresidente de la Junta de Andalucía, ha dicho que debajo de la situación política  que vivimos está el conflicto de ricos contra pobres. Todavía colea el robo a supermercados encabezado por Sánchez Gordillo y su sindicato, que desapruebo política y personalmente, pero que todos parecen comprender (¿qué haría usted si sus hijos no tuvieran que comer?).

Me da miedo levantarme por las mañanas y escuchar las noticias en la radio que hablan de violencia, de criminalización de actitudes políticas de contestación a las medidas del PP y su gobierno, de la desaparición de la ley como consenso social. Me da miedo ir al barrio donde trabajo y enterarme de que a pacientes míos les han asaltado en sus casas, que la crisis de angustia que me consultan es porque lleva trabajando desde marzo sin que le paguen, que el intento de suicidio de esa madre fue por gastarse la beca escolar de su hijo en comprar comida. Y el miedo es, porque si no hago algo para que las cosas cambien y acepto pasivamente la política de exclusión que el Gobierno practica y el mundo al que nos lleva, un día yo, que tengo para comer y casa donde vivir, tendré que escoger bando (los ricos o los pobres) y la lucha será a muerte, como lo fue en 1936.

Pero creo, confío en otra España posible. La España solidaria y sin brechas que no tolera que la gente muera de necesidad mientras haya opulentos y aprovechados a quienes les sobra de todo. Una sociedad hecha para que los bancos españoles y europeos cobren sus deudas con interés.

Esas son las razones profundas para mi objeción de conciencia, voy a seguir atendiendo a mis pacientes (sin distinciones por razones de color o papeles) que lo necesiten en cualquier caso y situación y animo a todos a objetar las políticas de exclusión que solo nos llevan al desastre y a la violencia social

José Manuel Aranda Regules. Medico de Familia Centro de salud San Andrés Torcal Área de Salud de Izquierda Unida

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