martes, 26 de junio de 2012

La Medicina de Familia y el cuento del Enano Saltarín


Cuentan que en un tiempo muy lejano el rey decidió pasear por sus dominios, que incluían una pequeña aldea en la que vivía un molinero junto con su bella hija. Al interesarse el rey por ella, el molinero mintió para darse importancia: “Además de bonita, es capaz de convertir la paja en oro hilándola con una rueca.” El rey, francamente contento con dicha cualidad de la muchacha, no lo dudó un instante y la llevó con él a palacio. 

Una vez en el castillo, el rey ordenó que condujesen a la hija del molinero a una habitación repleta de paja, donde había también una rueca: “Tienes hasta el alba para demostrarme que tu padre decía la verdad y convertir esta paja en oro. De lo contrario, serás desterrada."

La pobre niña lloró desconsolada, pero he aquí que apareció un estrafalario enano que le ofreció hilar la paja en oro a cambio de su collar. La hija del molinero le entregó la joya y... zis-zas, zis-zas, el enano hilaba la paja que se iba convirtiendo en oro en las canillas, hasta que no quedó ni una brizna de paja y la habitación refulgía por el oro.

Cuando el rey vio la proeza, guiado por la avaricia, espetó: “Veremos si puedes hacer lo mismo en esta habitación.” Y le señaló una estancia más grande y más repleta de oro que la del día anterior......... 






Si algo ha sido clave en los últimos treinta años de la sanidad en España ha sido la reforma de la Atención Primaria. Es lo que de forma mas profunda y sustancial ha cambiado el sistema.



No cabe duda que a esa reforma contribuyó sobre todo la creación de la especialidad de Medicina de Familia. Sí, esa especialidad que impulsó un Secretario de Estado de Sanidad y de la que nadie sabía nada. Esa especialidad que eligió gente "rarita" que se reunían a diario para programar el día siguiente porque nadie sabia que hacer con ellos en los hospitales. 


Los médicos de familia nos hemos dejado la piel y muchos años de nuestra vida en "inventar" nuestro propio futuro. Luchamos en muchos frentes para que se produjeran los cambios y contribuimos a ello en todos los niveles del sistema. 
Muchas de las cosas que hoy hacemos han sido fruto de nuestro trabajo y de haber sabido incorporar elementos de innovación a nuestro día a día. Pudimos convertir la paja en oro.



Los reyes de turno, aceptaron nuestra oferta y cada día teníamos una estancia mas grande llena de paja para hilar, ¡y hemos seguido hilando, hilando! 
Ahora, el Rey y algunos reyezuelos nos quitan la paja pero siguen queriendo la misma cantidad de oro que el día anterior.







Pero si algo hemos aprendido en todos estos años es a construir nuestro propio futuro. Sabemos y debemos demostrar que la eficiencia del sistema pasa por apostar de nuevo por la Atención Primaria. De nuevo tenemos un reto por delante.


Nota: En la historia de la Medicina de Familia no hay enanos ni molineros mentirosos














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